Los gatos son difíciles de entender. Algunos son tímidos pero afectuosos, a otros definitivamente no les gusta la cursilería. En Smalljoys te enseñamos cómo mostrarle a tu gato todo lo que sientes en su propio lenguaje.
1. Conoce sus gustos
Si acaricias a tu gato y a él no le gusta, generarás un gran estrés. Por eso, debes saber qué tan cariñoso es para poder demostrarle tu afecto. Comienza dándole una caricia suave en un lugar seguro, que puede ser en su espina dorsal, de la cabeza a la cola, y observa cómo se comporta.
2. Dale un beso gatuno
Los gatos dan “besos”, es decir, expresan su afecto, cerrando y abriendo sus ojos lentamente. Algunos son tímidos, así que tú puedes verlo a los ojos y cerrarlos lentamente para ver si te responde.
3. Háblale
Cuando estés en casa, haciendo el desayuno o trabajando, háblale. Ellos son muy receptivos a la comunicación verbal humana y les agrada escucharte.
4. Juega con él
Juega con él antes de irte de casa y cuando llegues. Cómprale juguetes y cosas para que afile sus uñas. También debes tener una ventana donde pueda observar el panorama.
5. Duerme con él
Duerme con él de vez en cuando si no te gusta tenerlo todos los días. Eso le dará confianza y se sentirá querido.
6. Dale premios
Escoge un día a la semana para darle un regalo o premio, croquetas especiales, un juguete, algo que no sea de todos los días.
7. Cárgalo
Una vez conozcas el carácter de tu gato y sepas si le gusta el contacto, cárgalo un poco para que sienta tu temperatura corporal y tu olor cerca.
8. Déjalo expresar su amor
Muchas veces los gatos expresan su afecto siendo vulnerables frente a ti, es decir, mostrándote su barriga y exponiéndose boca arriba. Esto no significa que ellos quieran que los acaricies allí, así que aprende a conocer si a él le gusta o si solo debes observarlo y comprender lo que te dice con sus gestos.
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13. Les damos besos, los abrazamos y queremos cargarlos todo el tiempo
A veces es muy difícil pasar cerca de nuestra mascota y no acariciarla. ¿A quién no le gusta besar y abrazar al pequeño? Pero, en realidad, para él no es lo mismo que para nosotros. En el mundo animal este tipo de cariños no existen, por eso no entienden muy bien qué es lo que está sucediendo.
Consejo: Enséñale a tu mascota la orden “Arriba” y siempre estará preparado para recibir tus abrazos.
12. Podemos despertarlo sólo porque se nos ocurrió acariciarlo
Cuando algún miembro de la familia se queda dormido en el sillón, muchas veces lo cubrimos con una frazada e intentamos hacer menos ruido para que no se despierte. Pero esta regla no aplica a nuestras mascotas. No tienes que tapar a tu perrito con una manta, pero recuerda que para un animal es un estrés desagradable que lo despierten.
Consejo: No tienes que cuidar el sueño de tu mascota y andar de puntillas, pero tampoco lo despiertes sólo para acariciarlo.
11. Nos quedamos mirando a nuestra mascota
Sentimos cierta incomodidad cuando alguien se nos queda viendo fijamente. En el mundo animal, mirar directamente a los ojos significa peligro. El que está siendo observado debe prepararse para el ataque.
Consejo: Si simplemente admiras a tu mascota, intenta hacerlo de manera sutil. Sino, la pondrás nerviosa y le generarás un estrés innecesario.
10. Los regañamos por pequeñas travesuras, incluso cuando dejamos la comida a su alcance
Dejamos una chuleta en la mesa y luego nos sorprendemos cuando no la podemos encontrar donde estaba. Se nos olvida que un animal, si tiene acceso a la comida que le encanta, se la acabará toda. Y la culpa no es de tu perrita, sino tuya. Algunos creen que las mascotas deben razonar y distinguir lo bueno de lo malo.
Consejo: No provoques a tu mascota, no te olvides de sus instintos. Y si lo regañas, explícale qué fue lo que hizo mal y cómo debe portarse.
9. Usamos frases diferentes para el mismo órden
“¡Pelota! ¡Tráeme la pelota! Cocodrilo, ¡corre por ella! ¿Dónde están tus juguetes?“. Y el pobre Cocodrilo está sentado enfrente de ti con los ojos confundidos, se pone nervioso sin entender que sólo querías jugar con la pelota. ”Empezó a hablar de la pelota, terminó con juguetes. ¿Qué es lo que quiere de mí?”.
Consejo: Una orden, una frase.
8. Les permitimos estar flojos y descansar demasiado
Al igual que las personas, las mascotas necesitan tener actividad física. No pueden estar siempre en casa, incluso si tienen su caja de arena. La falta de actividad provoca sobrepeso que puede llevar a varios problemas con articulaciones e incluso reducir la vida.
Consejo: Los paseos y juegos activos son igual de recomendables, tanto para la mascota como para el dueño.
7. Calmamos a la mascota diciéndole que “Todo está bien”
Los animales sienten cuando ocurre algo poco placentero. Por ejemplo, a tu mascota no le gusta bañarse. Por lo general, le decimos la frase acostumbrada de “¡Todo está bien!“. Como resultado, después de 2 o 3 veces de ”todo está bien”, tu perro sabrá que, en realidad, todo estará mal.
Consejo: No uses frases trilladas con tu mascota, compórtate como de costumbre, sobre todo, ante una situación nerviosa para el animal.
6. Los consentimos con golosinas
Sí, es difícil de resistir cuando esos ojos llenos del amor y fidelidad te miran desde abajo de la mesa. ¡Ten cuidado! Nuestros alimentos no siempre son buenos para las mascotas. Si le deseas el bien a tu animalito, cuida su alimentación y procura que reciba todas las vitaminas que necesita.
Consejo: Si le das la comida de la mesa, que sea algo que sí pueda comer. Dale alimento de calidad a tu mascota.
5. Pensamos que todos pueden usar la misma caja de arena
Hubiera sido perfecto si todos los gatos de la casa usaran la misma caja de arena, pero en realidad, es un poco más difícil. Los gatos son muy caprichosos y quieren tener su caja propia. Si tienes esta oportunidad, cumple su deseo. Lo ideal sería distribuir varias cajas de arena por la casa.
Consejo: Antes de adoptar a una mascota, piensa si puedes darle todas las condiciones que necesita.
4. Llenamos el plato hasta el tope para que no sienta hambre
A veces cuidamos a nuestras mascotas demasiado: llenamos sus platos hasta el tope. ¿Qué es lo que le queda al animalito? Comer de más: si el alimento siempre está disponible, nuestras mascotas rápidamente suben de peso.
Consejo: Pregúntale al veterinario, lee etiquetas de alimentos: ajusta la cantidad de la comida de tal forma que vaya de acuerdo con el peso y tamaño de tu mascota.
3. Empezamos a educarlos cuando ya es tarde
¿Te da pena educar a esta criatura tan tierna? Recuerda que cada año será más complicado explicarle que está haciendo algo mal. Sé estricto desde el principio. Enseñarle algo a un animal adulto acostumbrado a hacer travesuras es una tarea complicada.
Consejo: Explícale qué es lo que no debe hacer de inmediato. No pasando 5 minutos. Si regresaste a casa y encontraste un charco en el pasillo, es inútil regañarlo. Mejor alábalo cuando lo haga en el lugar adecuado.
2. Intentamos no dejarlo solo durante mucho tiempo, pero a veces no podemos hacerlo
Nos parece que nuestra mascota simplemente se duerme mientras no estamos, se divierte o descansa de la gente. Pero no es así: se pone triste y se preocupa. Los perros pueden aguantar 4 o 5 horas en una jaula (si los sacas a pasear antes y después de esto) y los gatos, estar solos durante no más de 1 a 2 días. Claro, siempre y cuando tengan la caja de arena limpia y comida suficiente.
Consejo: Invita a tu amiga o a tu abuela a que duerma en tu casa si sabes que vas a llegar muy tarde o vas a salir fuera de la ciudad durante unos días. O tal vez valga la pena pensar en adoptar otro animalito para que le haga compañía.
1. Nos olvidamos de que para ellos somos el mundo entero
Al igual que los niños, nuestras mascotas necesitan atención, cariño y amor. Les encanta cuando les hacemos caso y jugamos con ellos. Por aburrimiento, tu querido perro Salchicha puede empezar a morder todo alrededor, escarbar, ladrar e incluso aullar. Y tu querida gata Blanquita, arañar o maullar fuertemente.
Consejo: No olvides lo mucho que te quieren.