A la mayoría de nosotros nos parece que la vida de las princesas es una fiesta continua y alegre, y la única dificultad que tienen que enfrentar es la elección de otro atuendo lujoso. Pero ¿este pensamiento tiene mucho en común con la realidad? Decidimos averiguarlo, y resultó que la vida de una princesa real requiere optimismo, valentía, lealtad al deber y también fidelidad a ella misma.
Aquí tienes 10 historias sobre mujeres modernas de familias de monarcas: todas estas princesas han demostrado la fortaleza de carácter y han tomado decisiones difíciles.
En Smalljoys nos parece que las historias son bastante sentenciosas. ¡Quizás te van a interesar!
1. Kate Middleton (Reino Unido): determinación
Proviniendo de una familia adinerada de clase media, no era necesario que esta chica se molestara con los estudios y el trabajo, concentrándose mejor en la búsqueda de un marido. Sin embargo, la futura duquesa de Cambridge ocupó durante varios años el puesto de especialista de marketing en el negocio familiar y trabajó a tiempo parcial en el departamento de compras de Jigsaw. Antes de eso, cuando ya salía con el príncipe William, recibió una licenciatura en historia del arte, convirtiéndose en la primera princesa inglesa con una educación superior. ¿Quién sabe, tal vez su decisión cambiará radicalmente la posición de las mujeres en la familia real de Gran Bretaña?
2. Sayako Kuroda (Japón): todo por amor
La hija única del emperador japonés, la princesa Nori, que había decidido casarse con un hombre sin títulos, fue oficialmente excluida de los miembros de la familia imperial, tal es la ley. Para adaptarse a la nueva vida, durante un año entero anterior a la boda aprendió todo lo que parece normal para nosotros, pero no para la princesa del Trono del Crisantemo: hacer compras, conducir, ordenar la casa. Sayako no tuvo miedo a las dificultades y tomó una decisión a favor del amor y la libertad de elección.
3. Amira al-Taweel (Arabia Saudita): independencia
Arabia Saudita es uno de los países más conservadores con respecto a los derechos de las mujeres. Sin embargo, la princesa Amira se opuso abiertamente a la ropa cerrada tradicional (ver foto), y también se puso de parte de unas activistas que defienden el derecho de las mujeres a actividades “de hombres” como conducir un automóvil. La independencia de la princesa finalmente llevó a su divorcio, pero su posición frente a la vida sigue activa y no depende de la presencia de un marido.
4. Sikhaniso Dlamini (Suazilandia): rebelión contra las tradiciones
La Princesa Sikhaniso Dlamini es la primera de 23 hijos del Rey Mswati III, nacida de la más grande de sus 15 esposas. El rey de Suazilandia tiene un poder casi ilimitado en el territorio de su país, y nadie se atreve oponerse a él. Nadie excepto su hija mayor. Sikhaniso se opuso públicamente a la institución de la poligamia, diciendo que cree que es mala e injusta.
Las leyes de este estado africano son duras, y en repetidas ocasiones, debido a su rebeldía, la princesa ha sido golpeada con palos, pero incluso esto no pacificó su naturaleza rebelde. Sikhaniso continúa remando contra la corriente, rompiendo todas las reglas establecidas por su padre coronado. Por ejemplo, graba música bajo el seudónimo “Pashu”.
5. Magdalena (Suecia): optimismo
Nadie es inmune a los reveses en su vida personal: incluso una princesa sueca tuvo que lidiar con la traición de un ser querido. El día antes de la boda ella rompió el compromiso. No hace falta decir que no fue una decisión fácil para la princesa cuya vida privada es discutida por todo el país. Para escapar de su drama personal, Magdalena se fue a Nueva York, donde conoció a un hombre con el que posteriormente se casó. Y ahora ella es feliz en su matrimonio, a juzgar por las fotos familiares conmovedoras que suele compartir en la web.
6. Beatriz (Países Bajos): creer en su amado
Cuando la heredera del trono de los Países Bajos, de 27 años, anunció su compromiso, no había límite para la indignación de sus súbditos. Después de todo, el elegido de la princesa Beatriz fue un aristócrata alemán que de joven fue miembro de las Juventudes Hitlerianas. Pero la desaprobación universal no podría influir en la decisión de Beatriz: se casó con la persona de la que se enamoró. Y la decisión era correcta, a juzgar por lo estable que resultó ser su matrimonio y lo fructífero de su reinado.
7. Maha Chakri Sirindhorn (Tailandia): solidaridad
El nombre que los tailandeses le dieron a su princesa habla del amor que le tienen: PhraThep, que se traduce como “princesa-ángel”. Sirindhorn comenzó a ayudar a su padre, el rey, desde los 16 años. Este artículo no alcanzaría para enumerar todas las organizaciones benéficas y programas sociales patrocinados por ella; la princesa presta especial atención a los estratos más desprotegidos de la sociedad. Sirindhorn no pudo ser madre, no se casó, pero los mismos tailandeses dicen que tiene miles de hijos: ¡todo el pueblo!
8. Marta Luisa (Noruega): lealtad a si misma
Marta Luisa, una mujer sonriente, siempre atrajo la simpatía de los noruegos. Pero cuando la princesa anunció públicamente que tenía habilidades paranormales y abrió el centro Astarte Inspiration, donde se enseñó a todos los asistentes a hablar con los ángeles, muchos se burlaron de ella. Sin embargo, esto no hizo que la princesa retrocediera: escribe libros sobre temas espirituales y admite que ahora vive en armonía consigo misma. Y aunque parezca extraño, la valentía de esta chica, que decidió ser fiel a sus creencias, es innegable.
9. Astrid (Bélgica): lealtad a la lucha
Uno de los mayores logros de la Princesa Astrid de Bélgica es el trabajo en apoyo de la Convenciónsobre la prohibición de minas antipersonales. Su Alteza visita personalmente países cuyas poblaciones fueron afectadas por las minas, solicita la participación de gobiernos de países que aún no han firmado la convención y organiza eventos para apoyar a las víctimas directas e indirectas.
De una mujer generalmente no se espera tanta atención a los asuntos relacionados con el ejército. Pero Astrid es coronel del servicio médico de las Fuerzas Armadas Reales de Bélgica y conoce de primera mano los daños causados por las minas. La princesa sigue esta lucha desde hace casi 20 años y parece que no quiere parar.
10. Meghan Markle (Gran Bretaña): creer en el amor
Cuando el Príncipe Harry presentó a su elegida al mundo, la historia de Cenicienta vino a la mente de muchos. La futura duquesa de Sussex creció en una familia sencilla, lo opuesto a la dinastía real inglesa. Y como para hacer que la similitud con el cuento de hadas sea completa, los hermanastros de Meghan no se sintieron felices por el éxito de la hermanita. Los familiares comenzaron a derramar toneladas de rumores sobre la novia del príncipe tanto en Internet como en cartas personales a su futuro esposo. En esta situación, uno solo puede maravillarse con el autocontrol de Meghan, cuya cara mantuvo una sonrisa durante todo el tiempo.
Entonces…
Resulta que las personas coronadas tienen mucho más en común con las mujeres ordinarias de lo que uno podría haber imaginado. Sí, no somos princesas, pero también debemos tomar una decisión en algún momento: relajarnos o trabajar más en nosotras mismos, vivir en paz o abandonar la zona de confort por algo más.
Las princesas de las que hablamos se han desempeñado de manera honorable y le hicieron frente a los problemas. ¿Tuviste que tomar decisiones difíciles que no encontraron apoyo en tu entorno? Cuéntanos sobre esto en los comentarios: es posible que tu experiencia sea útil para alguien.