En Internet puedes encontrar un millón de consejos sobre cómo llevar una vida sana y equilibrada: desde contar calorías a practicar deportes intensamente o limitar tus comidas. Pero los científicos tienen su propio punto de vista sobre este asunto. En este artículo encontrarás 14 hábitos basados en la ciencia que te ayudarán a mantener tu salud con un mínimo esfuerzo.
1. Deja de contar calorías
La calidad de los alimentos y de los productos es más importante que las calorías. Estudios a gran escala de 20 años de duración han demostrado que el mayor aumento de peso viene propiciado por el consumo de alimentos procesados y bebidas azucaradas. Así que presta atención a los beneficios del producto y no a su contenido calórico.
2. Llena la mitad del plato con hortalizas
Las hortalizas y frutas son fuente de fibra, agua, micro y macroelementos beneficiosos para la salud. Las investigaciones confirman lo siguiente: llenando la mitad del plato con vegetales, mejoras tu salud. El mismo principio funciona en un supermercado: llenando la mitad de la cesta de la compra con hortalizas y frutas, estarás caminando hacia una vida sana.
3. Come lo que quieras y cuando quieras
Evitando durante un tiempo nuestros productos favoritos, inevitablemente, terminamos cayendo en la tentación comiéndolo en exceso, lo que provoca frustración y, finalmente, un aumento de peso. Para mantener una buena figura, sana y esbelta, debes comer lo que quieras y disfrutar de cada trocito sin sensación de culpa. Elimina la prohibición para dejar de pensar constantemente en aquello que tanto te gusta y no puedes disfrutar.
4. Aplica “la regla de los dos bocados”
Terriblemente, quieres comer algo perjudicial para la salud: engaña a tu cerebro, dale un bocado, luego bebe un vaso de agua y dale otro bocado. La sensación de satisfacción y saciedad te llegarán rápidamente.
5. Comienza el día con proteínas
Los alimentos ricos en proteínas reducen el nivel de la “hormona del hambre”: ghrelina. Por eso, los huevos, las pechugas de pollo o el yogur griego te ayudarán a mantener la sensación de saciedad hasta el almuerzo de mejor manera que con un desayuno con carbohidratos.
6. Camina durante 2 minutos cada hora
Si tienes un trabajo sedentario, establece para ti mismo la regla de caminar durante 1-2 minutos cada hora que pases sentado. Siempre puedes encontrar una excusa para ir a otro departamento de tu oficina, subir al piso de arriba, salir un rato a la calle y similares. Esto te ayudará a estar activo todo el día.
7. Nunca comas los refrigerios directamente de su envoltorio
Una cantidad significativa de papas fritas, galletas o dulces de un envase grande, puede consumirse discretamente en solo 5 minutos. Coloca los refrigerios en un plato o divídelos en porciones con bolsas pequeñas: esto te ayudará a controlar cuánto comiste, así como detenerte a tiempo.
8. Aplica la “regla de los 10 minutos”
La “Regla de los 10 minutos” funciona para cualquier hábito útil. Deseas irte a la cama a tiempo; acuéstate 10 minutos antes de lo previsto. Deseas practicar yoga, pero nunca encuentras tiempo, comienza con 10 minutos al día.
9. Opta por los platillos voluminosos
Una catedrática de Pensilvania realizó un estudio y descubrió lo siguiente: grandes porciones de alimentos o platillos con alto contenido de agua son una buena manera de no comer en exceso. Un gran plato con ensalada te llenará el estómago más rápido que un puñado de nueces y aparecerá la sensación de saciedad.
10. Reduce la cantidad de azúcar hasta seis cucharaditas
La abundancia de azúcar en los alimentos aumenta las posibilidades de desarrollar obesidad y diabetes tipo 2. Los expertos en el sector de la salud han establecido el límite máximo de cantidad de azúcar: 6 cucharaditas (25 gramos) al día para mujeres y 9 (37,5 gramos) para los hombres.
11. Sé egoísta
Ponerse a uno mismo en el primer lugar se considera egoísmo. La dietista Anne M. Fletcher recomienda ponerse a sí mismo primero, comenzando a cuidar de su cuerpo. Sé egoísta: deja de dar a los demás y date a ti mismo primero.
12. Acerca tu escritorio a la ventana
Estudios demuestran que una gran cantidad de luz solar afecta positivamente dos cosas: la calidad del sueño y la actividad laboral. Para estar sano, busca una buena iluminación en tu lugar de trabajo.
13. Toma bebidas templadas
Un líquido tibio reduce los residuos metabólicos y, por lo tanto, ralentiza el proceso de envejecimiento. Té o un vaso de agua templada, preferiblemente 20 minutos antes de una comida tiene sus efectos: acelera la digestión, elimina lo residual, acelera el metabolismo y mejora la circulación sanguínea.
14. No te cepilles los dientes después de comer
Los expertos no recomiendan cepillarse los dientes justo después de comer: debe hacerse esto por lo menos media hora más tarde. Si comiste o bebiste algo ácido, no te cepilles los dientes inmediatamente después, así no se dañará el esmalte.
Bonus: 8 Reglas del botiquín casero que solemos romper, perjudicando nuestra salud
Ninguna familia puede vivir sin un botiquín en el hogar. Algunos constan solo de un conjunto básico de medicinas, otros pueden ocupar hasta varios niveles de estantería. Pero en cualquier caso, todos deben conocer algunas reglas básicas de almacenamiento para las medicinas.
8. Guardar incorrectamente en el refrigerador
Algunos medicamentos se tienen que guardar a una baja temperatura y, en este caso, es mejor utilizar un refrigerador. Sin embargo, almacenarlas en sus puertas no es la mejor opción. La temperatura es más alta y además, por abrirlo frecuentemente, el frío aumenta y disminuye constantemente. Por lo tanto, es mejor asignar un lugar para ellos dentro del refrigerador.
Para proteger los medicamentos de los cambios constantes de temperatura y humedad guárdalos en un tupper sellado. Pero no los coloques justo en la parte posterior del refrigerador, ya que los medicamentos líquidos pueden congelarse y esto es contraproducente para ellos.
7. Tirar el prospecto con las instrucciones
A lo mejor, la mayoría se sienta identicada ante esta situación, cuando compras una medicina y después la caja con el instructivo desaparece inesperadamente. La fecha de caducidad normalmente está indicada en el frasco, etiqueta o blíster, pero existe otra importante información .Además, el intructivo te ayuda a asegurarte de cuál es el nombre del medicamento que necesitas.
6. No poner atención a la fecha de caducidad
Por lo general, la fecha de caducidad se indica para el estuche cerrado. En caso de que el medicamento haya sido abierto, la fecha de caducidad cambia. La información detallada está descrita en el instructivo. Especialmente en los medicamentos líquidos. Por ejemplo, las gotas para los ojos abiertas se deben cambiar no menos de una vez al mes, de otro modo pueden ser peligrosas, ya que las bacterias se extienden.
5. Guardar los medicamentos en un lugar accesible para los niños y un lugar no protegido de la luz
Las medicinas no se deben almacenar en espacios abiertos en donde la luz solar las alcance, tales como en la mesilla de noche. Así pierden su efectividad e incluso se echan a perder. Pueden ser peligrosas, ya que así los niños también tendrán un acceso más fácil a ellas. Es mejor ponerlas en un tupper y guardarlas en un muebles que no tengan puertas transparentes. Recuerda que el botiquín tiene que estar fuera del alcance de los niños.
4. Desechar los medicamentos de manera incorrecta
El mejor método para tirar los medicamentos en casa es envolverlos en una bolsa o ponerlos en un frasco con tapa y luego echarlos al bote de basura.
En algunos países hay posibilidad de entregar los medicamentos innecesarios en un policlínico o farmacia. Ahí se deshacen de ellos de una manera muy segura. Otra variante es tratar de entregarlos a quienes los necesiten después de que acabes tu tratamiento. En las redes sociales hay muchas comunidades donde puedes donar los medicamentos a aquellos que no los pueden comprar.
3. Tener un botiquín desordenado
El orden en el botiquín te ayuda no solo a encontrar rápidamente un medicamento necesario, sino a garantizar la seguridad de tu familia. Es necesario deshacerse de todos los medicamentos caducados y pastillas sin blíster, incluso si sabes de qué medicamento se trata. Las medicinas líquidas y cremosas deben desecharse en caso de que cambien de color o se estratifiquen. Intenta dividir los medicamentos de uso externo e interno, colócalos en diferentes contenedores. Mantén los medicamentos en su caja original, de lo contrario te arriesgas a cometer un error y a tomar drogas que no necesitas o que ya han caducado.
2. No utilizar medicinas más modernas
Nos acostumbramos a fiarnos de los medicamentos que han pasado la prueba del tiempo. Mientras tanto, ellos fueron reemplazados por unos análogos más modernos o los mismos medicamentos pero en otra caja más cómoda y segura. Especialmente cuando hay niños pequeños en la casa. Por ejemplo, antes de inyectar la piel se usa una toalla húmeda para desinfectar, pero ahora en lugar de usar algodón y alcohol existe un marcador de verde brillante que tiene la misma función.
La mayoría de las personas toman el mismo medicamento durante años y ni siquiera saben que han aparecido otros mucho más efectivos hace tiempo. Para estar seguro de los medicamentos que usas, pide una consulta al médico.
1. No seguir las reglas de almacenamiento
Todas las pastillas, polvos, cápsulas, apósitos y vendas activamente absorben la humedad y por eso se echan a perder. Nunca debes de guardarlas en el baño, incluso si se trata de un mueble con puertas bien cerradas. La cocina tampoco es el lugar más adecuado para los medicamentos: los cambios constantes de temperatura y humedad tienen un efecto negativo en la calidad de las medicinas, especialmente si se trata de los muebles que están cerca de la estufa, microondas, tetera o calentador. Es mejor elegir el dormitorio o la sala. La indicación en el medicamento de que se debe almacenar a temperatura ambiente significa que no debe superar los 25 grados. Si en el departamento durante mucho tiempo se mantiene una temperatura más alta, el tiempo de almacenamiento del medicamento se reduce drásticamente. Verifica esto. Tal vez esta sea otra razón para revisar tu botiquín.