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8 Cosas negativas del ser humano que se pueden descubrir al ver el desorden en su hogar


El amor o, por el contrario, la aversión a la limpieza no es una simple característica del ser humano. Se pueden determinar algunas particularidades del carácter incluso al echar un vistazo de cómo una persona lava los trastes y en dónde guarda la ropa. Al observar detenidamente cómo organizas el espacio a tu alrededor se pueden conocer muchas cosas nuevas sobre tu personalidad. Lo mismo aplica para las demás personas. ¿Quieres conocer a alguien más de cerca? Echa un vistazo a su casa.

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1. Todos los cachivaches están escondidos en cajones, armarios o cajas

A primera vista parece que en el departamento o en la recámara todo está ideal: un piso limpio, libros muy bien acomodados, una alfombra o papel tapiz seleccionado con muy buen gusto… Pero vale la pena echar un vistazo a los cajones de la cocina o a la repisa más alejada del armario para que encuentres unas tijeras o guantes rotos, viejas tarjetas bancarias o ropa desacomodada.

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La presentación externa es importante para todos nosotros. Pero es una peculiaridad de las personas con un tipo de personalidad demostrativa. Ellos adoran dar lo mejor de sí mismos y hacen muchas cosas en primer lugar para impresionar a los demás. Para los representantes de este tipo es más fácil ocultar todo lo innecesario, viejo y feo en un cajón distante en lugar de ponerlo en orden. Frecuentemente para ellos es más importante conservar una atractiva vista de su vivienda y su propia imagen positiva que realmente acomodar las cosas.

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2. No realizar una sencilla reparación

Algunas personas viven durante años con una fuga en su grifo, cortinas viejas o papel tapiz de la abuela, y conservan cosas en cajas en lugar de usar cajones para no gastar dinero extra. Frecuentemente ellos perciben su vivienda como temporal: planean mudarse a otra ciudad, encontrar trabajo en el extranjero, tomar una hipoteca o simplemente esperar que su vida cambie de alguna forma y se arregle por sí misma.

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Simplemente la duración de residencia en la vivienda “temporal” en ocasiones se extiende a diez años. Desde el punto de vista de los psicólogos, las personas de tal tipo tienden a vivir en el futuro y lo ven a través de sus lentes de color rosa. Ellos perciben el presente como un inconveniente temporal al que se necesita sobrevivir. Por otro lado, frecuentemente no tienen un plan en concreto, tales personas están acostumbradas a vivir al día y confían en fuerzas externas que cambiarán todo para bien.

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3. Un lugar de trabajo en completo desorden

El escritorio es uno de los lugares más interesantes en la casa o departamento desde un punto de vista psicológico. Algunas personas tienen todo ordenado en carpetas y las carpetas colocadas en repisas. Otras tienen el escritorio lleno de papeles, platos, plumas, lápices de colores, computadora, los cuales ocupan todo el espacio y además están cubiertos con una capa de polvo. Esto puede reflejar locura, una excesiva autoestima o infantilismo.

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Pero el desorden en el escritorio, a condición de que realmente trabajas demasiado en él y eres capaz de encontrar un objeto necesario entre el caos, no siempre significa algo malo. Frecuentemente un escritorio en desorden es un indicador de creatividad y naturaleza ingeniosa.

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4. El fregadero, la canasta para la ropa o el bote para la basura completamente lleno

Son pocas las personas que pueden decir que adoran hacer limpieza. Pero en algunas personas la aversión a ella alcanza un nivel asombroso. Algunos pueden recopilar la basura de todo un mes en el balcón, colocar la ropa en una cesta o todos los platos en el fregadero, hasta que resulta que no tienen nada que ponerse o nada en dónde comer.

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El aplazamiento de las cosas o la procrastinación es un problema conocido por muchas personas. Este aparece en la vida cotidiana. Parece que es más lógico y sencillo hacer una pequeña parte del trabajo de una sola vez y no acumularlo. Pero en realidad surgen excusas como: “tengo flojera”, “al rato” o “mañana”. Si has notado una tendencia hacia la procrastinación en ti mismo, intenta comenzar con las pequeñas cosas del hogar. Lava los platos inmediatamente después de comer y tira la basura acumulada al día siguiente, intenta comenzar con la formación de hábitos sanos haciendo todo a tiempo, esto te ayudará en las cosas más importantes, por ejemplo, en el trabajo o en las relaciones con las personas.

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5. Efecto de un espacio no habitado

Algunas personas mantienen su vivienda como si ellos llegaran únicamente a dormir. Allí puede haber una perfecta limpieza, pero al mismo tiempo una cantidad mínima de muebles y utensilios, a veces incluso no hay estufa, refrigerador u otras cosas necesarias. Tal organización del espacio a menudo se encuentra con frecuencia en estudiantes o en aquellos que viajan mucho: ellos realmente pasan poco tiempo en su departamento.

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Sin embargo, entre más madura es una persona, más orden y comodidad quiere llevar en su vida. Si la vivienda se ve vacía, pero al mismo tiempo esta persona pasa demasiado tiempo en ella, esto puede hablar sobre algunas características psicológicas. En particular sobre infantilismo: una persona adulta aún espera que alguien haga su espacio más cómodo por él. Por ejemplo, piensa en encontrar una pareja que se encargará de la comodidad y el mantenimiento del hogar.

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6. Sobras de comida en la cocina

La cocina debe de ser el lugar más limpio en toda la casa, ya que ahí comemos y cocinamos. Las gotas de grasa y aceite, restos endurecidos de comida, restos de té o café en las tazas, todo esto no solo otorga una vista desagradable a la vivienda, sino también puede ser peligroso para la salud. Incluso aquellos que no adoran la limpieza intentan mantener la cocina limpia como mínimo por razones de higiene. Sin embargo, hay personas que están listas para soportar la suciedad.

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Y a veces el problema no solo está en la flojera o el desorden. Así, muchos estudios han demostrado que la suciedad o la rara limpieza es una de las señales de la depresión. La persona no tiene fuerzas de ocuparse en la vida cotidiana, no siente la importancia de ello y posiblemente no se valora lo suficiente para vivir en la limpieza. Por otro lado, existe un vínculo inverso: una limpieza habitual y el orden del espacio aumentan el estado de ánimo y ayudan a combatir los signos de la depresión.

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7. Baño sucio

En los anuncios publicitarios de champú frecuentemente se presenta al cuarto de baño como un lugar en donde se puede olvidar de todos los problemas y relajarse al máximo. Y en realidad, un baño caliente o frío ofrece una gran influencia en nuestro estado de ánimo. Los aromas pueden tranquilizar o alegrar el cerebro, las sales y aceites mejoran el estado de la piel y el funcionamiento de los órganos internos.

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Por la apariencia del baño no solo se puede decir qué tanto se preocupa una persona por su cuerpo, sino también por su comodidad psicológica. Un baño limpio es un indicador de qué tan frecuente lo utiliza. Los geles para ducha, diversos aceites esenciales, pasta de diente de alta calidad, cremas para cuerpo y rostro. Todas estas cosas indican que una persona cuida de sí misma. Si en el baño únicamente se almacena un rastrillo con una espuma y un viejo jabón, no es un hecho que su dueño tenga depresión. Sin embargo, lo más seguro es que tenga un alto nivel de estrés y es poco probable que esté preocupado por su aspecto externo.

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8. Demasiadas cosas

Para algunas personas es difícil separarse de sus objetos favoritos. Probablemente todos han visto tales departamentos en donde sus dueños tienen unas cuantas teteras o cafeteras que nadie utiliza, un mueble viejo en el balcón o azotea, lleno de frascos de vidrio, botellas y demás cachivaches, también una vieja bicicleta empolvándose, la cual desde hace mucho tiempo nadie utiliza.

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En el mejor caso tal comportamiento nos habla sobre una reserva conservadora de la conducta humana: él no quiere cambiar su estilo de vida habitual e intenta protegerse a sí mismo del cambio. En el peor de los casos el afán de llevar a casa cachivaches puede ser un signo de comportamiento compulsivo y neurosis, esta persona no es capaz de evitar acumular cosas innecesarias.

Adicional: demasiado limpio

Hay personas que en su tiempo libre no están en contra de limpiar nuevamente el baño o aspirar la alfombra. Por supuesto, el amor hacia la limpieza no es malo, sin embargo, demasiada atención hacia este ámbito puede informar acerca de problemas. Por lo general, a tales personas no les gusta tener invitados, ya que ellos pueden ensuciar, tirar o accidentalmente mover algo, quebrando el orden ideal.

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Tal comportamiento puede hablar sobre el hábito de obsesionarse con las pequeñeces o mostrar una tendencia hacia el perfeccionismo. Si el departamento se limpia regularmente y se lava debido al miedo a los microbios y suciedad, entonces, lo más probable es que tal persona sufra de ansiedad. A veces la limpieza simplemente ayuda a las personas inquietas a alejarse de desagradables pensamientos, por eso ellas frecuentemente se encargan de eso.

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Bonus: 9 Particularidades de las personas que con un alto grado de probabilidad vivirán más de 100 años

1. Predisposición genética

“Mi abuela tiene 92 años. Me regaló un cuadro en el que estoy retratada con mi gato favorito”.

Los genes son lo primero en lo que los científicos se interesan cuando se trata de las personas longevas. Y aunque no se han encontrado unos “genes de longevidad” específicos, existen algunas similitudes entre estas personas. La mayoría de los que superaron la frontera de los 100 años tienen parientes cercanos que también han vivido una larga vida. Por ejemplo, en la familia de Jeanne Calment, hubo personas longevas durante 5 generaciones.

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2. Alimentación moderada

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Un peso normal y una nutrición modesta, son las dos cosas que distinguen a todos los longevos. Los japoneses, entre los que está el mayor porcentaje de personas centenarias, tienen la opinión popular de que solo hay que llenarse en un 80 %, es decir que hay que levantarse de la mesa con un poco de hambre. Los longevos conocidos de otros países confirman esta teoría: no todos comen de una manera perfectamente saludable, pero el índice de masa corporal de cada uno de ellos estaba incluso ligeramente por debajo de la norma.

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3. Dietas mediterránea y japonesa

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La esperanza de vida más larga es la de los habitantes de Japón, y la mujer más anciana del mundo vivió en el sur de Francia. Los nutricionistas han reconocido que estos lugares del planeta son los más benéficos en términos de la dieta. Los japoneses consumen mucho pescado y mariscos, los franceses, el aceite de oliva, y muchas verduras y frutas. Todo eso es mucho más útil que las carnes rojas asadas, las salsas grasosas y otros platos que son populares en muchos países.

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4. Actividad social

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Los longevos se destacan por la ausencia de los cambios mentales característicos de las personas de su edad. No sufren de la enfermedad de Alzheimer u otro daño cerebral. Muchos científicos creen que, junto con la genética, la preservación del cerebro garantiza su actividad en la sociedad. Por ejemplo, la estadounidense Gertrude Weaver asistió a clases para jubilados incluso después de cumplir 115 años. La mayoría de los longevos continúan trabajando y participando en las actividades sociales hasta una edad muy avanzada.

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5. Ejercicio regular

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El ejercicio físico constante realmente ayuda a prolongar la vida significativamente, y aquellos que han superado la frontera de más de 100 años son una confirmación de este hecho. La mayoría de ellos hacía deportes desde su juventud y mantuvo este hábito en la vejez: por ejemplo, Jeanne Calment montó en bicicleta y practicó la esgrima hasta los 100 años.

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6. Actividad intelectual

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Con la edad, mantener la actividad intelectual se vuelve más difícil, sin embargo, aquellos que viven mucho tiempo y permanecen en su sano juicio continúan haciéndolo hasta una edad muy avanzada. Casi todos los centenarios mantuvieron una conciencia clara hasta la muerte: los investigadores registraron que incluso a los 115 años, muchos de ellos podían resolver problemas matemáticos y leer libros bastante complejos. La falta de actividad intelectual acelera el envejecimiento del cerebro y contribuye al desarrollo de problemas en su trabajo.

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7. Comunicación con personas más jóvenes

Los científicos han descubierto que en la edad adulta, la comunicación con los jóvenes tiene un efecto positivo en el estado psicológico y permite sentirse más joven. Las personas que trabajan mucho o se comunican con aquellos que son más jóvenes, muchas veces se sienten mejor que sus contemporáneos.

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Además, la comunicación con la generación más joven hace que te sientas más necesario y significativo. Hablando de la longevidad, Marie-Simone Capony, que vivió 113 años, nunca tuvo hijos, pero crió a sus sobrinos y sobrinas, y también trabajó como bibliotecaria hasta una edad muy avanzada y amaba comunicarse con las personas.

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8. Rica vida espiritual

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Casi todos los centenarios creían en Dios y eran devotos de algún tipo de religión. Los científicos lo confirman: el desarrollo de la espiritualidad realmente puede prolongar la vida. Al mismo tiempo, no tiene ninguna importancia si una persona es católica o budista; no es la religión en sí lo que ayuda, sino ante todo la comunidad social que sienten las personas religiosas. Aquellos que participan activamente en la vida de su comunidad u organización religiosa por regla general tienen un círculo de contactos bastante amplio. A la vez, las personas que tienen cerca otras personas afines a ellas se sienten más felices, experimentan menos estrés y tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.

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9. Trabajo al aire libre

Muchos de los que vivieron 100 años o más, hacían trabajo físico y pasaban mucho tiempo en la naturaleza. Los científicos descubrieron que en una región de Grecia donde la agricultura y el pastoreo de ovejas eran los tipos de actividad predominantes, había muchos más longevos que en otras partes del país. La misma situación es típica en otros países, como Italia.

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Lo más probable es que el ejercicio regular, la buena ecología y la nutrición moderada ayudaron a estas personas a mantenerse en forma y vivir más tiempo que sus compatriotas. Además, trabajar la tierra reduce el estrés, mejora el bienestar y aumenta la autoestima. Y para lograr eso no es necesario cambiar radicalmente el alcance de las actividades: basta con adoptar la jardinería como pasatiempo.

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