La crianza de los hijos puede ser la mejor etapa en nuestras vidas. Nuestra prioridad es básicamente mantenerlos seguros y felices. Pero debemos ser cuidadosos, porque está comprobado que algunos productos de consumo infantiles aumentan la posibilidad de que ellos sufran lesiones, muchas de las cuales pueden ser mortales. Como con cualquier cosa en la vida, si prestas el debido cuidado a lo que le das a tu pequeño, podrás reducir efectivamente el riesgo a que tenga un accidente.
En Smalljoys creamos una lista de productos que deberías manejar con cuidado para mantener a tus niños seguros.
1. Cápsulas de detergente para lavar la ropa
Si una persona consume cápsulas de detergente para ropa puede sufrir envenenamiento y quemaduras en la boca, garganta y estómago. Además de ser ingeridas, si el líquido gotea o se sale de su recipiente, puede causar irritación severa y quemaduras en la piel y en los ojos. Si tu hijo inhala el producto, este puede dañarle sus pulmones.
Si tienes sospechas de que tu niño ha ingerido o ha estado en contacto con una cápsula de detergente abierta, llama inmediatamente a la línea nacional de toxicología de tu país para recibir consejos y una guía para manejar el envenenamiento.
2. Globos y otros objetos pequeños
Los globos pueden alegrar una fiesta, pero en realidad causan más muertes infantiles que cualquier otro juguete. Estos productos, especialmente los de látex, se adaptan a la forma angosta de la tráquea de los niños, lo que conduce a la asfixia. Otros objetos pequeños como baterías, imanes, canicas y tapas de botellas, por ejemplo, también pueden provocar oclusiones traqueales.
Si tu hijo se está asfixiando, intenta darle varios golpes firmes en la parte superior de la espaldamientras está inclinado hacia adelante. Llama inmediatamente a una ambulancia y sigue estas indicaciones.
3. Comida para mascotas
Generalmente, el alimento para mascotas no es tóxico para los humanos. Sin embargo, se han reportado casos de niños que se enferman después de ingerir las croquetas para perros o gatos. El mayor peligro proviene de las que son muy grandes, las cuales, en combinación con pequeños pequeños y curiosos en casa, pueden representar un peligro de asfixia para estos.
Nuevamente, si tu hijo se está asfixiando, intenta darles varios golpes firmes en la parte superior de la espalda, llama inmediatamente a una ambulancia y sigue estas indicaciones.
4. Juguetes con hélices
Con la creciente popularidad de los drones pequeños operados por personas ha aumentado el riesgo de sufrir lesiones, tal y como lo descubrió este niño cuando su ojo fue cortado por la hélice de uno de ellos.
Con las precauciones de seguridad adecuadas, estos pueden ser juguetes geniales para divertirse. Sigue estos consejos de seguridad para minimizar el riesgo de sufrir accidentes.
5. Trampolines
Los trampolines pueden ser divertidos, pero realmente no están exentos de riesgos. Según la base de datos de lesiones de la UE, aproximadamente 51 000 niños de 0 a 14 años de edad han solicitado atención en los hospitales cada año debido a las lesiones sufridas por el uso de este artefacto. Ese número está más cerca de 250 000 en Estados Unidos.
6. Cajas o estantes de juguetes
Si los juguetes de tu hijo se guardan en un estante o baúl con una tapa gruesa, es mejor que quites esta o uses cajas de almacenamiento abiertas. Las tapas pesadas pueden ser un riesgo si el niño intenta, por ejemplo, abrir el contenedor y esta le cae encima. Incluso ha habido casos de asfixia cuando un niño ha quedado atrapado dentro de una de estos recipientes.
Afortunadamente, la mayoría de los contenedores de juguetes modernos han agregado elementos de seguridad para ayudar a prevenir lesiones. Abrir cajas y crear áreas de juego más amplias puede ser una alternativa más segura.
7. Ciertas plantas de interior
Las plantas de interior pueden ser estéticamente bonitas para tu hogar y tu jardín, pero algunas pueden ser muy tóxicas e incluso letales si se comen. Los filodendros, adelfas y lirios de la paz son solo 3 ejemplos comunes. Consulta esta extensa lista para ver qué plantas domésticas son peligrosas y cuáles no.
Llama a la línea nacional de toxicología o a una ambulancia si crees que tu hijo ha comido de alguna de estas plantas.
8. Dulces y disfraces
Hace poco fue Halloween, un día en el que muchísimas personas alrededor del mundo se disfrazan y comen dulces. “Truco o trato” es el lema de una de las actividades más divertidas que toda la familia puede hacer en este día, y debería seguir considerándose como tal. Todo dulce debe ser verificado, en todo caso, para saber si podría representar un peligro de asfixia dependiendo de la edad de tu hijo. Se han realizado informes de dulces “envenenados”, pero se ha concluido que la mayoría de los casos eran una falsa alarma. También se ha revelado que los dulces ácidos, como los americanos Warheads, han causado quemaduras y erosión en la boca de los niños, así que es mejor que tengas precaución o evites que ellos los consuman.
Los disfraces son también algo muy importante en Halloween y en otras ocasiones especiales, ya que los niños de todas las edades aman usarlos. Los padres deben tener en cuenta que han pasado ciertos incidentes en que estos se han incendiado debido al material con el que están hechos.
Pensando en todo lo anterior, solo queremos que Halloween y otras actividades sigan siendo divertidas y beneficiosas para la familia.
¿Qué otro tipo de cosas peligrosas o potencialmente dañinas conoces? Comparte tus respuestas con nosotros en los comentarios.
Bonus: 12 Consejos para lidiar con los niños sin necesidad de recurrir a los castigos
Trata de comprender las necesidades del niño
Un niño con mal comportamiento quiere, generalmente, llamar la atención de un adulto, aunque sea de manera inconsciente. Trata de conversar con él y entender lo que quiere: es posible que necesite más espacio para gastar su energía, o que tenga problemas de socialización en la escuela. Habla, siempre hay que dialogar.
Tiempo de calidad
Si has decidido tener hijos, no olvides que has asumido un compromiso con ellos y que deberás cuidarlos, pero también jugar y hablar. Debes entender que necesitas darles tiempo de calidad. Y no estamos hablando precisamente de algunos minutos en la misma habitación mirando tu celular o tu tablet, sino de salir juntos, aunque sea al parque de la esquina, compartir juegos de salón y, sobre todo, hablar de su día.
Debes demostrarles que estás presente. Este es un factor que brindará mucha seguridad emocional a tus hijos. Recuerda: lo ideal es pasar bastante tiempo con ellos y dedicarte de manera eficaz a su crianza. Si no tienes muchos minutos libres, procura estar verdaderamente presente en el rato que les puedas dedicar.
Deja los problemas de tu trabajo en la oficina
A veces parece difícil enfrentar los asuntos de la casa (tareas domésticas, educar a los niños) después de una jornada estresante de trabajo.
Sin embargo, debes separar las dos cosas, y es crucial que hagas esto. Tu trabajo puede ser muy estresante, pero llevar tus problemas a casa solo hará que tus hijos estén más agitados: los chicos son muy sensibles y perciben rápidamente cuando hay dificultades externas. Respira, cálmate y disfruta de la vida en familia.
Demuéstrales que te importan sus problemas
Pregúntale siempre a tu hijo lo que realmente le sucede, y muestra interés en eso. A veces, los niños no saben expresarse, y pueden llegar a ser irritantes y a hacer berrinches para demostrar lo que sienten. Pregúntales: “¿Qué te está ocurriendo?”, “¿Cómo te sientes con eso?”, “Háblame más sobre lo que le hiciste a tu hermano…”.
Esto ayuda a los padres a manejar los sentimientos del niño.
Sé claro
Intenta siempre conversar con tu hijo en un lenguaje accesible a él. Sé claro, directo y pregúntale si entiende lo que le dices. Si es posible, repítelo: dependiendo de la edad del niño, a veces este no está aún en capacidad de hacer abstracción, y corres el riesgo de que haga lo que dijiste al pie de la letra y no lo que realmente debería hacer. Los niños necesitan escuchar las reglas más de una vez para entenderlas claramente, y los padres deben ser pacientes y repetirlas tantas veces como sea necesario.
Evita discutir por todo
A partir de cierta edad, puedes responsabilizar a tus hijos para que realicen pequeñas tareas domésticas, tales como arreglar la cama y guardar los juguetes. En esa fase, si rompen algo, por ejemplo, evita gritar o regañar. Recuerda que eso también te puede suceder a ti, y que las cosas se rompen. Diles que recojan lo que se rompió, ayúdalos si la tarea es peligrosa (como juntar los pedazos de un vaso que se cayó), y enséñales a hacerlo de la manera correcta. Esto ayudará a tu hijo a madurar y a tener más cuidado la próxima vez.
Enséñales a resolver las cosas con calma
Enséñale a tu hijo a calmarse, dile que se retire a un lugar tranquilo en donde pueda respirar y esperar a que se le quite la rabia. Así, él sabrá que, en general, las decisiones tomadas de manera precipitada son, casi siempre, malas. Ayúdalo a reflexionar y a no actuar impulsivamente.
“Terapia” del abrazo
A menudo, la agresividad y las rabietas indican que los chicos necesitan cariño. Deja que se calme y conversa con él. Demuéstrale que, apenas se tranquilice, se ganará un gran abrazo. Será una “recompensa” que tu hijo no olvidará jamás.
Evita las listas interminables de tareas
Si ni siquiera nosotros, ya adultos, podemos cumplir con listas de tareas interminables, imagina a un niño de tres o cuatro años. Así pues, para evitar frustraciones, enumera no más de tres cosas por hacer. De esta forma, tu hijo tendrá más probabilidades de terminar, y se sentirá más seguro cuando le asignes otros deberes. Aquí, de nuevo, la claridad es crucial al momento de dar una orden.
Decir algo como “Guarda tus juguetes” puede ser más eficiente que decir solamente “¡Guarda todo ahora!”.
Sé flexible
Ser flexible no quiere decir perder autoridad ni dejar que los niños dicten las reglas de la casa. Puedes permitir que escojan entre hacer la tarea en la mesa de la cocina o en el cuarto, ponerse medias naranjas o azules… Eso no te quitará autoridad y los hará sentir más responsables. Además, estarás estimulando su independencia.
Da el ejemplo
Los niños aprenden más siguiendo un ejemplo que escuchando: literalmente imitan tu conducta. De manera que debes preocuparte por ser un modelo a seguir para tu hijo. Cumple lo que prometas, no mientas, pide disculpas, haz tu cama y admite que te equivocaste. Estarás dando un buen ejemplo del ser humano que quieres que tu hijo sea.
Trabaja el refuerzo positivo
La idea aquí es mostrar, por medio de dibujos e ilustraciones, lo que tu hijo hizo bien, y reforzar positivamente las cosas buenas y los buenos comportamientos. Si al final de la semana o el mes tienes más cosas buenas que comportamientos incorrectos, puedes ofrecer una pequeña recompensa. Nada excesivo, pero muy significativo: un paseo para ir a comer un helado, ir al cine, un abrazo y muchos más besos.
Estos son consejos sencillos que pueden ayudar a mejorar mucho la relación entre padres e hijos, pues la conversación y la negociación funcionan mucho más que cualquier castigo.
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