Es una realidad que estos movimientos faciales tienen un efecto mayor que la cirugía. Esta última resulta costosa y dolorosa y no garantiza un buen resultado en el futuro. Mientras que con los ejercicios faciales puedes realzar tu rostro fortaleciendo toda su musculatura. Así, ¡vamos a cuidar el rostro desde ya, invirtiendo en nuestra salud y aspecto!
Smalljoys es feliz compartiendo contigo algunos ejercicios para el rostro sencillos, pero muy eficaces. Además, al final del artículo te espera un bono que muestra los beneficios del yoga facial.
1. “Sorprenderse” para tener una frente lisa
- Coloca las palmas de tus manos sobre la frente. Tus dedos meñiques deben presionar la piel por encima de las cejas, mientras que los demás dedos deben evitar que la piel de la frente se arrugue.
- Intenta levantar las cejas poniendo cara de sorpresa, superando la resistencia de tus manos.
- Relaja la frente y repite el ejercicio 20 veces.
- En la última repetición aplica el máximo esfuerzo. Con el tiempo, aumenta el número de repeticiones.
2. “Sonreír” para combatir los pliegues nasolabiales
- Sonríe.
- Presiona con suavidad la zona de los pliegues nasolabiales con los dedos.
- Luego, tira con delicadeza la piel en sentido contrario a los dedos.
- Resiste con los músculos el tirón, sintiendo la resistencia con tus dedos.
- Repite 10 veces.
3. “Silbar” para tener unos labios jóvenes y voluminosos
- Imagina que tienes que silbar. Prepara tus labios para este gesto y tensiona los músculos tanto como sea posible. Permanece en esta posición durante 5-10 segundos.
- Regresa tus labios a su posición natural, soplando lentamente el aire.
- Repite, por lo menos, 5 veces.
4. Tensionar tu boca para combatir las esquinas caídas de los labios
- Coloca tus dedos dentro de las esquinas de los labios.
- Tira suavemente de la piel de la boca con los dedos.
- Resiste la presión de los dedos tensionando los músculos de tus labios.
5. Masajear desde la nariz hasta las orejas para luchar contra las arrugas de los ojos
- Coloca tus dedos cerca de los bordes de la nariz.
- Masajea suavemente realizando pequeños movimientos circulares desde la nariz hasta las puntas de las orejas.
6. Hacer menos visibles los pliegues nasolabiales
- Mantén tus labios cerrados, coloca los dedos índices a lo largo de la línea de los pliegues nasolabiales.
- Sin mover los dedos, tensiona tus labios y trata de pegarlos al máximo a los dientes.
- Mantén el momento de la tensión muscular durante unos segundos antes de relajarte.
7. Inflar las mejillas para lucir fresca
- Inspira profundamente por la nariz y mantén la respiración durante 3-5 segundos.
- Infla las mejillas y, con fuerza, exhala el aire por la boca sin abrir los labios.
Extra: aplicar vitamina E para deshacerse de las arrugas
La vitamina E es excelente para ayudar a tu piel a gozar de un aspecto más joven:
- ayuda a deshacerse de las arrugas;
- minimiza la aparición de cicatrices;
- previene el cáncer de piel;
- hidrata la piel;
- protege del sol.
Aplica un aceite con vitamina E después de realizar yoga facial y verás los resultados mucho más rápido.
Bonus: 12 Hábitos matutinos que arruinan nuestro día desde el principio
1. Levantarse tarde y arreglarse deprisa
A todos nos gusta dormir más tiempo por la mañana, y la tentación de posponer nuestro despertador con la frase “sí me da tiempo” es muy grande. Luego corremos con unos ojos entrecerrados, nos ponemos la primera muda de ropa que vemos, bebemos rápidamente nuestro café y nos dirigimos al trabajo con el riesgo de quedar atrapados en el tránsito y llegar tarde.
A primera vista, llegar tarde de 10 a 15 minutos aumenta el nivel de estrés, nos impide concentrarnos en el trabajo y crea la sensación de estar contra el tiempo durante todo el día. Es más fácil “sacrificar” 15 minutos de sueño en la mañana, pero arreglarte con toda tranquilidad.
2. Hacer el plan para todo el día por la mañana
La planeación es un hábito bueno, pero por la mañana no estamos muy dispuestos a hacerlo. Si te has despertado un poco cansado y con falta de sueño, entonces no querrás planear muchas actividades y tareas para ese día, aunque podrías concentrarte y completar lo planeado. Si después de despertar estás lleno de fuerzas y energía, entonces te arriesgas a hacer un plan demasiado ambicioso que se puede realizar solo con ayuda de una máquina del tiempo y el no lograr completar todo te puede decepcionar.
Por lo tanto, el domingo se deben apuntar los asuntos principales para toda la semana y corregir el plan diario conforme la marcha. Tal planeación se considerará eficaz al máximo.
3. Desayunar cuando no tienes hambre
En cada esquina escuchamos que el desayuno es la comida más importante del día, la cual no se debe dejar pasar de ninguna manera. Sin embargo, las peculiaridades individuales de cada persona requieren de un enfoque especial. Si no sientes esa sensación de hambre después de despertar, no vale la pena forzarte y tratar de comer.
Existe una categoría de personas que absorbe incorrectamente un desayuno abundante después de despertar. Los nutriólogos aconsejan respetar el principio del ayuno a intervalos (intermitente) de acuerdo con el esquema 16/8, es decir 16 horas no consumir alimentos y comer durante 8 horas.
4. Leer noticias por la mañana
En las películas constantemente vemos que las personas exitosas comienzan su mañana leyendo el periódico o las publicaciones de noticias. Tal hábito crea la ilusión de que una persona tiene todo bajo control, sigue los acontecimientos mundiales y está listo para tener una conversación sobre eso con cualquier persona.
En realidad, las publicaciones de noticias rara vez son positivas, así que leerlas aumenta considerablemente el nivel de estrés, al cual la mayoría de nosotros somos propensos por la mañana. Esto nos amenaza con un aumento de irritabilidad durante todo el día, una creciente cantidad de conflictos y un mal estado de ánimo. Las principales noticias mundiales no desaparecerán y no te perderás de mucho si las lees a la hora de almuerzo.
5. Saturarse de demasiadas elecciones
Cada día tomamos decenas o a veces incluso centenas de pequeñas decisiones. En la mañana también hay que elegir: qué ropa usar, qué llevar consigo, qué desayunar, hacer ejercicio o no, qué hay que hacer antes del trabajo. Suena bastante inofensivo, pero la capacidad de elegir es un recurso finito. Con cada decisión, gastamos energía, la cual posteriormente nos hace falta en la segunda mitad del día.
Idealmente, tu mañana debe de estar planeada de antemano, la ropa y la bolsa tienen que estar listas desde la noche anterior. Entonces solo te quedará seguir el plan y ahorrarás fuerzas para las decisiones realmente importantes.
6. Hacer ejercicio de forma intensiva después de despertar
Es suficiente hacer ejercicio de 15 a 20 minutos para despertar, poner en marcha los procesos del metabolismo y concentrarte en un día lleno de energía. Pero hacer ejercicio por mucho tiempo puede ser perjudicial. Después de despertar, tu cuerpo no está preparado para hacer ejercicio de manera intensiva, ya que esto lo percibe como una situación de estrés, lo que provoca un enorme cansancio durante el día, acumulación de peso extra e incluso migrañas.
Por supuesto, todo es individual y si durante muchos años has realizado ejercicio intensamente por la mañana, entonces el organismo consigue adaptarse, pero no vale la pena comenzar a entrenar después de que sonó el despertador. Si por la mañana es el único momento del día cuando puedes hacer ejercicio, cambia un poco la hora para comenzar a entrenar, date un poco de tiempo para que despiertes por completo.
7. Revisar el correo y mensajes en las redes sociales por la mañana
Las redes sociales y el correo electrónico desde hace mucho tiempo son considerados “devoradores de tiempo” y su visualización se equipara casi a un vicio. El correo electrónico y las redes sociales por la mañana te involucran en un ambiente de preocupación, te impiden concentrarte en el trabajo y solo crean la ilusión de estar ocupado, cuando puedes gastar tu tiempo de forma más agradable y fructífera.
Es mejor revisar el correo electrónico después de realizar el primer bloque de trabajo y abrir las redes sociales después del almuerzo.
8. Desayunar con dulces
Muchas de las personas que mantienen una alimentación saludable consideran que los dulces se pueden comer solo en la primera mitad del día y frecuentemente los sustituyen por el desayuno de forma equivocada. Pero en realidad, comer dulces a la hora del desayuno en un principio provoca una sobrecarga de energía y después una rápida pérdida de ella, acompañada de somnolenciay sensación de hambre.
Si no quieres morir por el deseo de querer “comer a alguien” antes de la hora de la comida, sigue un esquema seguro. Hasta el momento no se ha inventado nada más eficaz para desayunar que los carbohidratos “lentos”. Te puedes mimar con dulces en el primer aperitivo o después de comer.
9. Realizar varias tareas al mismo tiempo
Al aspirar a una alta productividad, frecuentemente caemos en la trampa multitarea. A veces nos parece que el día tiene pocas horas y por eso se tienen que realizar varias tareas al mismo tiempo. Sobrecargamos la mañana frecuentemente por dos razones:
- dormimos mucho y tratamos de alcanzar a hacer todo;
- hemos escuchado sobre las “3 horas más eficaces” y ahora tratamos de hacer la máxima cantidad de tareas en ese tiempo.
En realidad, la multitarea no funciona. Aunque seas muy ágil, es imposible realizar varias tareas con una máxima concentración. Deja para la mañana solo lo más importante y comienza a hacer las tareas una por una.
10. Realizar por la mañana asuntos fáciles y agradables, posponiendo los difíciles para después
En la gestión del tiempo existe el concepto de “¡Cómete esa rana!”, es decir realizar la tarea más desagradable o complicada que no tienes ganas de hacer: por ejemplo, hacer llamadas de ventas o resolver una situación conflictiva con un cliente. Pero postergar tales asuntos te quita todas las fuerzas y reduce la eficacia.
La mañana es el momento perfecto para “comerte esa rana”. Al deshacerte de las tareas desagradables, con placer tomarás otros asuntos y podrás sorprenderte de todas las cosas que terminarás, al momento de dejar de cargar con un complicado asunto. Pero es importante mantener un equilibrio y no gastar las horas más productivas únicamente en un trabajo desagradable.
11. Tomar café antes de beber agua
Muchos de nosotros tomamos la primera taza de café antes de abrir los ojos, pero los consejos de no tomar bebidas energéticas por la mañana nos causan una oleada de ira. Si tomas café inmediatamente después de despertar, lo único que causarás es una deshidratación y a largo plazo podrá ser causa de acidez o gastritis.
Si en tus planes no está rechazar el consumo de cafeína, es más fácil engañar al sistema y tomar un vaso de agua primero. Lo mejor sería tomar un vaso de agua, hacer ejercicio, desayunar y disfrutar del café.
12. Dejar a un lado tiempo para la privacidad
No vale la pena comenzar el día socializando y haciendo las tareas domésticas. A pesar de que seas mamá de tres hijos que se tienen que preparar para ir a la escuela, tú también necesitas tiempo para tu privacidad. Aunque sean 15 minutos. Por supuesto, sería perfecto dedicar estos minutos en meditar y concentrarte para tener un día fructífero, pero seamos honestos: para muchas personas incluso asearse a solas ya es “un zen” personal.
Si no tienes oportunidad de estar solo por la mañana, prueba introducir este hábito aunque sea por unas semanas, pronto notarás cómo durante el día aumenta el nivel de concentración e incrementa el nivel de resistencia al estrés.