A menudo escuchamos que los niños de las nuevas generaciones son demasiados tercos y obstinados al momento de criarlos y manejarlos. Además, siempre están bastante enojados. Sin embargo, si afirmas que eras diferente a esa edad, deberías preguntarles a tus padres si tú te comportabas de la misma forma que estos niños. Disciplinar a tus hijos no es una tarea tan difícil después de todo, ya que ellos te admiran más que nadie.
En Smalljoys hicimos una lista con problemas que enfrentan los padres hoy en día a la hora de criar a los hijos, y reunimos algunos métodos excelentes para enseñarles cómo comportarse mejor.
1. Mantén la calma y no exageres
En el ajetreo y el bullicio de una vida que ya de por sí es estresante, es posible que pierdas la calma cuando tus hijos se comportan de manera ruda e irrespetuosa. Sin embargo, no es aconsejable derramar tu frustración sobre los niños solo porque no tienes control sobre ellos. El niño obviamente está enojado o molesto, y por eso se porta mal. Pero ¿qué le enseñarías si descargas tu ira con él?
Da un paso atrás y cuenta hasta 10, y en lugar de reaccionar exageradamente o gritar, habla con el niño. Si es necesario, sal de la habitación: eso debería tranquilizarlos a ambos.
2. Ponte en su lugar, usa la empatía
Definitivamente hay una razón por la que tu hijo es hiperactivo y se porta mal. Con los niños pequeños, este comportamiento puede deberse a razones insignificantes como el cansancio o el hambre. Con los mayores, puede ser causado por el estrés o la presión de los compañeros de la escuela. Sí, ¡es un hecho comprobado que los pequeños también se estresan!
Por eso es importante que te sientes y trates de entender la razón por la que tu hijo se está portando mal. La forma en que reaccionan a las cosas está arraigada a lo que está pasando por su mente.
3. Discute tus expectativas con ellos
Cuando tu hijo está enojado, mostrar amor o abrazarlo es lo último que tienes en mente. Pero ¿y si eso es lo que el niño realmente necesita en ese momento? A veces es importante sentarse y conversar con los pequeños para saber por qué tienen ese comportamiento incorrecto.
Los niños no son lo suficientemente maduros para distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. A veces, pueden pensar que cierto tipo de comportamiento es natural y normal. Por lo tanto, es responsabilidad de los padres discutir lo que esperan de sus hijos. Dales una explicación de por qué está mal. No solo muestres un sí o un no como señal.
4. Establece límites y adviérteles sobre las consecuencias
Muy a menudo, la razón por la que los niños desobedecen es porque no conocen sus límites y no saben dónde detenerse. No consientas a tu hijo tanto para que deje de distinguir entre el comportamiento correcto y el incorrecto. Establece algunas reglas y asegúrate de cumplirlas por igual.
Además, es importante no solo recompensarlos por un buen trabajo realizado, sino también cuando reconocen las consecuencias de su mala conducta. Es muy importante que les muestres qué cosas no están bien.
5. Inculcar buenos modales
El castigo no siempre funciona, especialmente cuando es de una forma física. Olvídate de azotarlos y comienza a concentrarte en cómo hacer que comprendan la importancia de portarse bien. Muéstrales cuáles son sus fallas. Los buenos modales no consisten en hacer que nuestros hijos se sienten y obedezcan solo órdenes de nosotros. Estos implican que ellos sepan cómo comportarse en ocasiones apropiadas.
Enséñales acerca de la unión familiar, cuéntales historias sobre grandes personas y, lo más importante, reconócelos cuando muestren un buen comportamiento. También puedes darles pequeñas responsabilidades que les den el valor de creer en sí mismos.
6. Exige respeto
Siempre se dice que no puedes obligar a una persona a que te respete, ya que es un sentimiento que surge naturalmente. Sin embargo, con los niños, el caso es diferente. No siempre debes andar diciendo: “Soy tu padre, así que debes respetarme”. Ellos no lo harán. Al mismo tiempo, también es importante que entiendan tu posición y se mantengan dentro de los límites.
Al hacer esto, sé firme y cortés en tu enfoque al establecer las reglas. Si se rompe una, se otorgará un castigo, y las recompensas por las buenas acciones deben darse de la misma forma. Al cumplir con lo que has dicho, te ganarás la confianza de tus hijos y ellos te verán como una persona genuina.
7. Sé un modelo a seguir para ellos
Por último, pero no menos importante, practica lo que predicas. Recuerda, tus hijos siempre te están mirando. Así que, si quieres que dejen algún dispositivo móvil, deshazte primero del tuyo. Si deseas más interacción en lugar de que estén pegados en la pantalla del televisor, tómate el tiempo para estar allí con ellos.
Sé cortés, ten paciencia y mira a tus hijos hacer lo mismo. Muéstrales el tipo de comportamiento que quieres ver en ellos y sé su modelo a seguir. En su subconsciente, querrán ser como tú.
¿Cuál de estos métodos te ha funcionado mejor a la hora de criar a tus hijos? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios a continuación!
Bonus: 9 Errores que solemos cometer al educar a una niña
Ser la amiga de tu hija
Por un lado, esto es genial, porque la niña confía en su madre y habla con gusto sobre sus sentimientos y preocupaciones. Por otro lado, si hablas constantemente sobre tus problemas y le pides consejos a tu hija, ella no se sentirá protegida a tu lado. Quizás empiece a ocultar sus sentimientos para no molestar a un adulto que ya está preocupado. Además, las madres muchas veces les cuentan a las niñas los problemas de la relación con su padre u otros hombres. Esta es una carga demasiado grande para la psique de una pequeña.
A qué conduce:
- La niña se vuelve adulta y responsable demasiado pronto, tratando de convertirse en un apoyo psicológico para su madre, buscando protegerla de las dificultades de la vida. Cuando la hija crezca, le resultará difícil independizarse y formar su propia familia. Le parecerá que su mamá simplemente no podrá sola.
- Buscará a alguien fuerte que pueda reemplazar a su madre.
Qué hacer: una comunicación amistosa con una niña es genial, pero será mejor que se base en los intereses y los sentimientos de ella, y no en los tuyos.
Criar a una hija tratando de cumplir tu sueño de tener un hijo
Esto ocurre cuando los padres querían un niño, y nació una niña.
Los parientes visten a su hija como si fuera un varón, y fomentan su afición a los deportes y a los juegos al aire libre. Al mismo tiempo, no le permiten interesarse por las muñecas, por los accesorios o el arte. El padre puede llevar a su hija a cazar y a pescar. La emocionalidad excesiva o las lágrimas se consideran inaceptables.
A qué conduce:
- Problemas con la autoidentificación. La niña no puede entender quién es ella.
- Sentimiento de culpa frente a los padres y el deseo de ganarse su amor.
- Puede conducir a problemas en la vida personal. La mujer puede tener una carrera profesional exitosa, pero no una familia.
Qué hacer:
- Apoya su deseo de desarrollarse. No le prohíbas jugar a aquellos juegos que le resulten interesantes.
- Pregunta más seguido cómo le gustaría a la niña pasar el tiempo con sus padres. Tal vez no le emocione ir a acampar al bosque y prefiera visitar un parque de diversiones.
Decirle: “¡Eres una nena!”
De este modo, tratamos de imponerle a nuestra hija ciertos estándares de comportamiento. ¿Pero cómo lo percibe ella? El hecho de que sea una nena le genera ciertas restricciones.
A qué conduce: para liberarse del marco prescrito, la hija escoge una línea de conducta masculina. En su opinión, los chicos no deben cumplir con tales convenciones.
Qué hacer: si quieres cambiar el comportamiento de tu hija, no la veas como una niña, sino como una persona. Da argumentos que se relacionen específicamente con sus o con tus sentimientos. En lugar de decir “Qué descuidada eres”, di: “Me pone triste tener que lavar la ropa tan seguido”.
Obligar a la hija mayor a cuidar a un niño más pequeño
Esta, en primer lugar, es la responsabilidad de los padres. Además, si la diferencia de edad es menor de 12 años, los niños mayores no pueden hacerle frente físicamente a la tarea. No pueden ser responsables de la seguridad de los menores simplemente porque ellos mismos también son niños, y quieren aventuras. No entienden que subirse al techo por una escalera de incendios, sentarse en el alféizar de una ventana con las piernas colgadas para afuera o jugar en una obra de construcción no es seguro.
Si la diferencia de edad es de más de 12 años, puedes pedirle ayuda a tu hija mayor. Pero es importante entender que los adolescentes tienen un horario bastante estresante: estudio, talleres, socializar con amigos, practicar deportes. Su ayuda no debe ser en detrimento de todo lo anterior. Otra cosa es preguntarle si cuidar al pequeño le da placer.
A qué conduce:
- La hija mayor en el futuro puede no estar dispuesta a ser madre.
- Una relación tensa entre los niños.
Qué hacer:
- Si necesitas dejar a tu hijo menor por mucho tiempo, debes compensar los esfuerzos de la hija mayor. Puede ser con dinero o con pasatiempos adicionales (por ejemplo, entradas para el cine o para un concierto).
- Otra opción es registrar el cuidado del niño como una responsabilidad del hogar. Aquí es importante establecer en qué días y cuántas horas la hija mayor deberá encargarse de eso.
- La responsabilidad de que los pequeños se hayan ensuciado o se hayan portado mal recae en los adultos. No culpes de eso a tu hija mayor.
Castigar por las peleas y por los juegos de varones
Los padres temen que su hija crezca siendo ruda, agresiva y poco femenina.
A qué conduce: la prohibición puede tener el efecto contrario. La niña se mostrará aún más interesada en los pasatiempos varoniles. Se volverá maleducada y agresiva porque tú piensas que lo es.
Qué hacer: no hay nada de malo en interesarse por los juegos que convencionalmente se consideran de varón. Pero si tu hija no establece absolutamente ningún contacto con otras niñas, ponte a pensar. ¿Quizás inconscientemente la alientas? Por ejemplo, un padre que había querido un hijo podría sentirse feliz al ver cómo está creciendo su “niña-varón”. Y la pequeña continuará haciendo lo mismo para cumplir con sus expectativas.
Exigir que la hija sea callada y dócil
Esto es muy cómodo para los padres. Una niña así siempre hace lo que le dicen, es callada y no expresa sus propios deseos.
A qué conduce: la niña nunca aprenderá a construir sus propios límites. En la adultez, sufrirá molestias físicas y psicológicas en lugar de resolver un problema.
Qué hacer: presta atención a los deseos de tu hija, no los desvalorices. Enséñale a defender sus opiniones.
El padre no le presta suficiente atención a su hija
El padre rara vez acaricia la cabeza de su hija, la abraza o felicita.
A qué conduce:
- La niña se considera poco atractiva para el sexo opuesto, ya que incluso su padre rara vez la abraza.
- Tratará de ganarse el amor de hombres fríos y desapegados, humillándose en el proceso. Necesitará elogios y reconocimiento de sus méritos por parte del sexo opuesto.
Qué hacer:
- Dedica al menos 15 minutos al día a estar solo con tu hija. No debe tratarse de mirar caricaturas o revisar la tarea, sino de un tiempo compartido cálido y de calidad.
- Se cree que los niños que son abrazados muchas veces, tienen más facilidad para lidiar con el estrés. No pierdas el contacto táctil con tu hija. Según la psicóloga Virginia Satir, una persona necesita 4 abrazos por día para estar bien y feliz.
Enseñarle a la niña a confiar solo en ella misma
A qué conduce:
- Al aconsejarle a una hija que solo confíe en su propia fuerza, estamos sentando las bases para un conflicto interno en ella. Podrá tener problemas a la hora confiar en las personas, así como una incapacidad de trabajar en equipo.
- Si en el futuro tu hija quiere formar una familia y tener un hijo, le será muy difícil confiar en su esposo.
Qué hacer: dile a la niña que siempre puede contar con la ayuda y el apoyo de sus padres.
Exigir demasiado
A qué conduce: la niña se esforzará por ganarse el amor con acciones. Si rara vez le muestra calidez y afecto, si solo elogias a tu hija en casos excepcionales, entonces no te sorprendas cuando, en la adolescencia, confíe en la primera persona que sea amable y considerada con ella. Además, es probable que incluso en la edad adulta no sea consciente de su propio valor.
Qué hacer: felicita a tu hija por lo que hace. No te quejes de que hoy no trajo de la escuela la mejor calificación que existe. Si ella lavó los pisos, pero lo hizo de una manera imperfecta, pídele que corrija el error la próxima vez, no le lances una lluvia de reproches.
Las niñas tienen mayor sensibilidad física que los niños
Las niñas son más friolentas, más sensibles al tacto y su malestar corporal las irrita mucho más.
A qué conduce: es posible que el padre no entienda que su hija tiene frío o que sienta que un suéter nuevo pica, porque él mismo se enfrentó a ese tipo de problemas muchas menos veces.
Qué hacer: es importante escuchar lo que siente la niña, sin quitarle importancia a lo que le pasa.
¿Cómo te criaron tus padres? ¿Construyes la relación con tus hijas de la misma manera?
Bonus 2: 10 Señales que indican que debes evitar a un pediatra y que es mejor buscar a otro
1. Receta inmunomoduladores
No confundas los suministros médicos que nuestros doctores están acostumbrados a prescribir para mantener la inmunidad (por ejemplo, extracto de equinácea) con inmunomoduladores, los cuales afectan la estructura del ADN. Estos últimos se utilizan en Europa y Estados Unidos para tratar enfermedades graves, incluido el cáncer.
Los “inmunomoduladores” prescritos por algunos médicos no tienen nada en común con ellos y son, en realidad, medicamentos con una eficacia no probada. Para verificar eso, puedes visitar el sitio web de la Base Internacional de Investigaciones Clínicas o de la Administración de Alimentos y Medicamentos. No habrá nombres de medicinas dudosas en sus listas.
2. Da medicamentos expectorantes a niños menores de 2 años
Los mucolíticos no están destinados a niños menores de 2 años. Lo mismo se aplica a los medicamentos para los resfriados, que contienen descongestionantes y antihistamínicos. Pueden causar complicaciones graves como convulsiones y taquicardia. Los investigadores aseguran que los resfriados generalmente no requieren tratamiento intensivo y, a menudo, se curan por sí solos.
En 2004-2005, se reportaron más de 1 500 efectos secundarios de los mucolíticos en Estados Unidos. Después de eso, los fabricantes aumentaron la edad límite para tomar dichos medicamentos a 4 años. Los remedios que contienen codeína e hidrocodona están contraindicados para personas menores de 18 años.
3. Prescribe medicamentos homeopáticos
Los remedios homeopáticos no causan daño directo a la salud, sino que conducen indirectamente a consecuencias desagradables, especialmente si reemplazan un tratamiento tradicional. Algunos adherentes de la homeopatía ni siquiera aconsejan a los padres vacunar a los niños. Pero eso hace que el sistema inmunológico sea más vulnerable. La homeopatía no tiene eficacia probada. Lo mejor que se puede esperar de ella es el efecto placebo. La comunidad científica no reconoce tales remedios en absoluto.
4. No consulta con colegas al establecer diagnósticos
Un rasgo distintivo de los médicos es una comunidad cohesionada. Si en casos difíciles el doctor confía solo en su propia opinión y teme consultar con sus colegas, esa es una señal alarmante. Un buen médico pediátrico busca el mejor tratamiento para su paciente y no rechaza la ayuda de otros profesionales en el tema. Las investigaciones confirman que la comunicación pobremente coordinada de los pediatras es uno de los factores que ocasionan errores médicos.
5. Recetan probióticos con antibióticos
Los trastornos intestinales al tomar antibióticos ocurren en el 40 % de los niños. Por lo general, proceden sin fiebre y ni siquiera requieren tratamiento. Por lo tanto, no es necesario prescribir probióticos. Esto está confirmado por los manuales de la Junta de Gastroenterólogos de los EE. UU., y la Sociedad de Infectólogos de los EE. UU.
6. Realiza el examen médico sin guantes
Es completamente natural usar guantes o lavase las manos antes y después de examinar a un paciente. A pesar de los avances científicos, algunos pediatras y enfermeros aún descuidan los procedimientos básicos de higiene. Esto se refleja en una investigación realizada sobre el tema. Presta atención a la limpieza de la oficina del doctor durante la próxima visita a la clínica.
7. Adjudica la causa de la enfermedad al virus del herpes
Si al pediatra le resulta difícil hacer un diagnóstico, seguramente recomendará hacer pruebas para el CMV (citomegalovirus) y el VEB (virus de Epstein-Barr), dos variedades del virus del herpes. Según la Asociación Mundial de la Salud, el 67 % de la población, o 3 700 millones de personas menores de 50 años, están infectadas con este organismo.
El virus en sí rara vez causa una enfermedad. El médico que adjudica la enfermedad del niño a este organismo ignora la verdadera causa de la afección y retrasa la cura al no aportar un tratamiento correcto.
8. Diagnostica “CIV” y “disbiosis”
No existe la enfermedad “disbiosis” como tal. Este es nombre que se utiliza para indicar un desequilibrio microbiano. Lo mismo se aplica a la distonía vegetativa, que se diagnostica incluso en niños mayores y adolescentes. En la Clasificación Internacional de Enfermedades no se encuentratal afección. Este es un grupo de síntomas que surge debido a una o más enfermedades. Un pediatra que hace dichos diagnósticos no ha investigado lo suficiente sobre la medicina.
9. Habla en un lenguaje grosero o familiar
La cortesía y la capacidad de comunicarse con una paciente son distintivos del profesionalismo de cualquier médico, y son especialmente importantes para un pediatra. Es posible que tu médico no tenga un “toque mágico” que calme al bebé instantáneamente, pero si un niño se asusta cada vez que visita su consultorio, y el médico habla contigo con desprecio, dice groserías o grita, es fácil dudar de sus cualidades y vocación.
10. Corrige la nutrición sin realizar pruebas
Las erupciones cutáneas son comunes en los bebés. Por ejemplo, en el 60% de los casos, la dermatitis atópica surge en el primer año de vida, y en el 90 % de los casos, ocurre a una edad de hasta 5 años. Las erupciones causan diferentes desencadenantes que son importantes para identificar una posible alergia con el propósito de recomendar una dieta.
Las alergias a los alimentos son causadas por toda una gama de productos, desde nueces hasta leche. Descubrir la causa raíz solo es posible con la ayuda de análisis sanguíneos. Si el pediatra ajusta la dieta de tu hijo sin recurrir a ellos, esta será ineficaz.
¿A qué factores prestas atención al evaluar a un pediatra para que atienda a tu hijo? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!