Nadie nos enseña a ser padres. En ese camino de aprendizaje hacemos todo por brindar lo mejor a nuestros hijos, pero esto no siempre es suficiente. En algunas ocasiones, de manera inconsciente, tenemos ciertos comportamientos considerados tóxicos que pueden afectar negativamente y de manera trascendental el desarrollo de la personalidad de los niños.
Smalljoys sabe que muchos de estos padres quieren aprender a eliminar actitudes tóxicas que contaminan la felicidad, la autoestima de los pequeños y su manera de percibir el mundo. Con esto en mente, hoy te presentamos 15 señales de alerta que pueden indicar que estás teniendo una relación poco saludable con tus hijos.
1. Tiendes a reaccionar de más o montar una escena
La terapeuta familiar Darlene Lancer, autora de libros como Codependency for Dummies, explica que uno de los signos de los padres tóxicos consiste en que un pequeño error o problema lo convierten en una catástrofe. Algo tan simple como tirar un poco de cereal en el suelo o si no quieren ir a algún lugar se torna en un pretexto para que explotes. Peor aún si lo hacen en público, para ti es válido para que montes una escena frente a todos.
2. El chantaje es tu principal herramienta de control
El chantaje es una manera de manipular, de controlar. Todo lo fundamentas en amenazas y culpas: “si vuelves a hacer eso, te dejo de hablar”. Esto es una forma de crear dependencia por inseguridades nuestras como padres. Eso hace que los niños crezcan con miedo a cometer errores y creyendo que su opinión no vale. Un dardo para su autoestima.
3. Gritas todo el tiempo
Tu manera de hablar con ellos es a gritos. El método que empleas con ellos es sembrarles miedo para que respeten las órdenes, pero esto solo logra que se dañen los lazos afectivos. Además, los efectos de los gritos en el cerebro de los niños no son nada alentadores, pues trastornan su percepción de las cosas y produce problemas de conducta.
4. Los comparas con los demás
Todos los niños tienen diferentes personalidades: algunos son tímidos, otros extrovertidos. Pero tú quieres que sean del modo que tú quieras, por lo que los obligas a hacer cosas que para ellos resultan francamente insoportables o van en contra de quienes son. “Tu primo come mejor que tú; tu hermanita es más bonita que tú”, o bien, los criticas por cómo lucen o por cómo son.
5. Limitas sus sentimientos o emociones
Su percepción del mundo es diferente a la tuya. Sus problemas, aunque a ti te parezcan insignificantes, representan una complicación en sus vidas. Minimizar sus sentimientos, sus emociones o lo que opinan sobre algo, solo daña su autoestima.
6. No los escuchas
Los interrumpes constantemente y, si te cuentan algo, te parece insignificante o sin valor. Ellos se acercan a ti para contarte sus cosas, todo lo que forma parte de su mundo, pero tú sientes que no merecen tu atención por ser, según tú, insignificancias.
7. Eres autoritario
Aduces tu condición de madre o padre para imponer tu voluntad. En lugar de mantener una comunicación no violenta, crear empatía y expresarles tus sentimientos, los haces sentir culpables, te dejas llevar y actúas agresivamente. Abusas de tu posición de autoridad.
8. Sientes celos si alguien les demuestra cariño
Al sentir que forman parte de tu propiedad, sientes celos ante las personas que tienen alguna atención con ellos. De alguna manera, también compites con tus hijos por ser más amado y aceptado por las personas que los rodean. Dentro de ti, te da miedo perder su cariño y que prefieran a alguien más sobre ti.
9. No sabes pedir disculpas ni asumir responsabilidades
Uno de los mayores problemas de las personas tóxicas es que no asumen la responsabilidad de sus actos y culpabilizan a alguien más por sus acciones o por las circunstancias que les ha tocado vivir. La convivencia con ellos se vuelve muy difícil y crea sentimientos de inferioridad en quienes lo resienten.
10. Los maltratas física y psicológicamente
Cuando alguna situación te rebasa, no solo les gritas, sino que también puedes llegar a violentarlos física o verbalmente. Los humillas, pues crees que con esto ellos enmendarán su error y no lo repetirán. Sin embargo, estas acciones repercuten en su desarrollo y en la manera en la que se relacionan con los demás.
11. Tus hijos repiten patrones tóxicos
Ellos aprenden a reaccionar en la manera en la que fueron tratados toda su vida, a través del miedo, la inseguridad, el coraje. Cuando esto sucede, suelen reportar estos comportamientos en la escuela y pueden llegar a tener problemas académicos. Los padres no son capaces de proveer un ambiente seguro en casa y esto se refleja en la vida diaria de los niños.
12. No les demuestras tu cariño
Es un hecho que los quieres entrañablemente, pero jamás se los dices y mucho menos se los haces sentir con demostraciones de cariño. Te cuesta mucho trabajo expresar tus sentimientos positivos hacia ellos y, aunque a ellos no les falte nada, no les haces saber lo mucho que significan para ti. El apego es beneficioso para ellos y su objetivo principal es brindarles seguridad a nuestros hijos.
13. Eres excesivamente protector
No permites que tus hijos cometan errores o que se independicen. Tienes miedo de que fracasen o de que alguien los lastime, por lo que evitas a toda costa que tengan una vida aparte. Las consecuencias de esto radican en que ellos difícilmente sean autosuficientes o puedan tomar decisiones en la vida.
14. Los culpas por tus fracasos o proyectas tus sueños en ellos
Hubieras deseado viajar más, lograr ocupar otra posición en un trabajo, o bien, les exiges que se conviertan en lo que tú siempre quisiste ser. Los papás olvidamos que los hijos tienen sus propias expectativas y planes de vida, y asumimos que podemos tener el control de ello.
15. Tienes un estilo de vida poco saludable
Las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra. Los padres de familia que llevan un estilo de vida poco saludable, es decir, que tienen adicciones o que mantienen una alimentación basada en comida chatarra, forman hijos que seguirán estos ejemplos durante sus vidas.
¿Identificaste rasgos que replicas con tus hijos? ¿Cómo trabajas a diario para evitar estas actitudes tóxicas? Comparte tu experiencia en los comentarios.
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14. “Anoche, casi me desmayo en mi propia casa”
¿Te imaginas llegar a casa y ver esto en medio de la sala?
13. “No es suficiente con sentarme aquí, necesito convertirme en un hombre de arena”
La preocupación por que no se ahogue es real.
12. “Mi hijo se enojó conmigo y abrió todos los plátanos que había en la casa. ¿Qué clase de monstruo pasivo-agresivo es?”
Ellos parecieran realmente planificar sus venganzas.
11. “¿A quién no le encantaría algo así? Solía correr por la casa pensando que era un diente gigante”
No sabemos qué habrán pensado los vecinos.
10. Cuando ya no te gustan las vacaciones:
Ella realmente tenía un deseo ferviente de morir castigada.
9. Una razón más para sospechar de tu hijo cuando está demasiado callado por un tiempo:
No tenemos ni idea de lo que tuvo que pasar para que mostrara este mensaje.
8. Esto sucede cuando le pides a tu hijo que te ayude con la ropa:
Si no especificas cada detalle, puedes llevarte una sorpresa.
7. ¿De veras? Lo dudamos
“Amo a papá.” Y por eso logramos que jamás lo olvide.
6. Cuando decides hacer un seguimiento de cuántas veces tu hijo pregunta “¿por qué?” durante un día normal:
Nadie podría llevar la cuenta mentalmente.
5. Cuando te distraes tan solo por un segundo:
Es mejor escapar de la tienda.
4. “Mami, tenemos un pequeño problema”
Solo te quería ayudar con la tortilla.
3. Yo: eres lo suficientemente grande para hacerlo tú mismo”
La próxima vez que te pidan que le eches las salsas, hazlo.
1. “Mi hijo encontró mi disfraz, y luce aterrador con él”
¿Tienes hijos? Cuéntanos sobre los problemas en los que suelen meterse en los comentarios.